martes, 24 de mayo de 2016

Consejos a los universitarios cristianos


Es muy común, en cursos de pregrado y posgrado, estudiantes cristianos escucharen gracejos, ironías, comentarios maliciosos acerca del cristianismo y declaraciones contra Dios. No es por acaso que películas apologéticas como God’s not Dead (Dios no Está Muerto) hacen gran suceso. Ellos son una respuesta eficaz a los ataques que profesores y alumnos estadounidenses han sufrido simplemente por haber escogido seguir a Jesucristo.

Algunos universitarios cristianos, ante las persecuciones, suelen reaccionar, a veces de modo hostil. Sin embargo, esto no eres bueno, haya vista lo que está escrito en 1 Pedro 3.15: “estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. Y, pensando en la dificultad que los siervos de Dios han enfrentado, a lo largo de su vida académica, decidí escribir algunos consejos, especialmente a los muchachos que estudian ciencias sociales y humanas, quienes han sufrido los principales ataques en el campo ideológico.

1. No se irrite con los profesores o compañeros de clase. Hay que concienciarse de que el cristiano ingresa en la vida académica, sobre todo, para aprender y aprehender lo que es enseñado, edificando sobre el inquebrantable fundamento de la fe cristiana (1 Corintios 3.10-15). Recuérdese de que el apóstol Pablo, aunque haya tenido contacto con muchos filósofos, al pasar por importantes centros de saber, como Atenas (de Plato, de los epicureus, estoicos etc.) y Mileto (cuna de la filosofía presocrática), mantuve la serenidad y no se quedó influenciado por ellos (cf. Hechos 17-20).

2. Busque aprehender lo que es bueno. Muchos educadores, aunque sean ateos o agnósticos, son grandes maestros, con quienes podemos aprender valiosas lecciones. Al estudiar las principales ciencias, ellos —que son hombres naturales, sin la iluminación del Espíritu (1 Corintios 2.14-16)— pasan a considerar la fe cristiana y el Santo Libro como sus enemigos principales. E se sienten en el deber de negar con vehemencia cualquier posibilidad de casamiento entre fe y ciencia. Sabemos que eso ocurre, en la verdad, porque “el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4.4).

3. Considere que los profesores no respetan la cosmovisión judeocristiana. Ellos están presos a su ideología; no los vea como enemigos, sino ore por ellos (cf. Mateo 5.43,44). Buena parte de los profesores de Derecho, Ciencia Política, Filosofía, Sociología, Antropología, Psicología, Historia, Lingüística, Teoría de la Literatura y disciplinas afines emplea herramientas epistemológicas y metodológicas contrarias a la Palabra de Dios. Ellos tienen como fuente de autoridad, además de su propia razón, los grandes filósofos, sociólogos etc.; e no la Biblia, y las ciencias derivadas de ella, como: la Teología Exegética (Hermenéutica y Exegesis), la Historia del Cristianismo, la Teología Sistemática, la Bibliología, la Teología Práctica, la Arqueología Bíblica, la Filología Sagrada etc.

4. Manténgase centrado en sus estudios. Pensemos en un ateo o agnóstico que decide hacer un curso de Teología en una facultad evangélica. En la década de 1990, mientras cursaba teología en Brasil, tuve un compañero de clase no evangélico. Aunque él se incomodase con algunas enseñanzas, siempre decía: “Estoy aquí para estudiar, y no para polemizar”. Apliqué ese principio al estudiar ciencia política y tuve un buen aprendizaje. Me recuerdo de cuando un profesor me pidió para discurrir sobre Thomas Hobbes (1588-1679), autor de El Leviatán (1651) y otras obras de gran relevancia. Tuve muchas ganas de mostrarle el lado teológico de ese pensador inglés, pero me mantuve centrado en el asunto en pauta (política), aunque haya hecho mención de que él apreciaba mucho las Escrituras, mismo tras la llamada “edad de las tinieblas”, a Edad Media.

5. Exponga sin medo sus convicciones, se tuviere oportunidad. En la primera película God’s not Dead, un muchacho cristiano es desafiado por su profesor a defender su fe. En la segunda, una profesora es procesada por contestar la pregunta de una alumna sobre Jesucristo. Esto, se todavía no ha ocurrido, podrá acontecer con usted, en algún momento, en la presentación de un trabajo, en algún debate etc. No tenga medo de hablar la Palabra de Dios; esté listo; demuestre sus conocimientos según la gracia del Señor; y se recuerde de lo que dijo el Señor a sus discípulos, en Mateo 10.19: “no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar”.

Ciro Sanches Zibordi

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